jueves, 5 de octubre de 2017

LA REFORMA
Crónicas de mi Periódico              5 de octubre de 2017

LIBRERÍA  OJANGUREN

Hace tan solo unos días, a punto de comenzar el otoño, estación en la que se produce la caída de las hojas, miles de ellas se han venido al suelo de repente. No me refiero a las poéticas y amarillentas hojas de los árboles, sino a las que formaban parte de un auténtico arsenal de buenos libros, que han dado vida y cultura a Oviedo desde el año 1856.

En septiembre, ha muerto de inanición, una magnífica librería a la que le temblaron las piernas, como a tantas otras, por un virus dañino bautizado como ANT (avance de las nuevas tecnologías), complicado con una patología severa producida por una bacteria propagada por las ondas en forma de e-books. Sin embargo, algunos expertos creen, que la verdadera causa del fallecimiento ha sido el germen actualmente más agresivo que se conoce, el AIDI (avance incontenible de la incultura).

Y es que, en el momento actual, nuestra sociedad está sufriendo una auténtica inversión en la escala de valores; inversión que arraiga con fuerza entre los más jóvenes que prefieren un video juego a un buen libro, sustituyendo la lectura apacible y educativa por el discurrir de horas y horas ante la pantalla del televisor o de la video consola. En general, se puede afirmar, que los educadores: padres y profesores, no somos capaces de inculcar a las nuevas generaciones el hábito por la buena lectura y como resultado, estamos asistiendo a la proliferación de mentes poco creativas, expertas en el conocimiento de la vida y milagros de cantantes o de jugadores de fútbol y tremendamente ignorantes en el aspecto cultural, lo que les está cerrando las puertas al conocimiento de un mundo interior rico y enormemente gratificante.

Esa inversión en la escala de valores de la que hablaba, conduce a creer que gastar 15 euros—precio medio de una novela—, parezca un dispendio, en tanto que para asistir a un concierto de un conjunto musical famoso, sea frecuente ver acampados durante varios días a cientos de jóvenes haciendo cola, provistos de una entrada cuyo precio nunca es inferior a 50 euros.   

También parece un avance social, que los libros de texto hayan de ser gratuitos, cuando este criterio debería aplicarse, únicamente, para los que verdaderamente carezcan de medios económicos que les impidan adquirirlos. Lo que no cuesta, no se valora. Os invito a que visitéis el blog de mi amigo, el escritor Antonio José López Serrano: https://topitocava.wordpress.com/ y leáis el artículo: ¿Libros de texto gratuitos? No, gracias.


Estos y otros hechos, conducen al goteo incesante de cierre de librerías, motivo que habría de llevarnos a la reflexión. Visitar con frecuencia estos establecimientos y adquirir su mercancía, es siempre la mejor inversión que podemos hacer, a corto, medio y largo plazo.

1 comentario:

  1. No lo sabía. ¡Cuántos libros en mi biblioteca con el sello de Librería Ojanguren! De todas formas, Carlos, gracias por la información.

    ResponderEliminar