domingo, 23 de julio de 2017


LA NIÑA REGALADA

Hace unos días, he acabado de leer esta interesante novela de Bona Balda, editada en el año 2013 (Sinindice Editorial), pero, que en razón de los hechos que relata, no ha perdido un ápice de actualidad.
Bona, es una magnífica escritora, además de excelente pintora, a la que he tenido la fortuna de conocer recientemente. Nacida en Logroño (La Rioja), ha vivido varios años, concretamente, desde 1972 a 1977, en Ecuador Allí, según me ha contado, encontró marcados contrastes: gente estupenda, solidaria, dulce y educada, con la que se sentía como en su propia casa. Pero lo que más le impactó, porque le dolía a tope, eran todos esos acontecimientos injustos y machacantes para los más indefensos, que ha reunido aquí a modo de puzzle y que tal vez puedan resultar, para nuestra forma de vida, tan increíbles como lo fueron para ella.
La propia escritora, nos relata la sinopsis de su novela:
Adriana llegó a Machala (Ecuador) buscando trabajo. Sólo era una de tantas jóvenes solteras embarazadas, pero ésta cargaba sobre sus hombros una dramática historia. Era una niña regalada, sin papeles, sin autonomía. Una esclava de hecho, aunque las leyes lo prohibieran. En la primera casa vivió sometimientos a trabajos inadecuados a su edad, a los caprichos de los dueños, a duros castigos. A través de Nancy, la joven dueña de la casa, se llega a conocer determinadas situaciones de la sociedad ecuatoriana: Ricos y pobres, los niños de la calle, la violación, el tema de los espíritus y los curanderos. La estancia de Adriana en La Sierra nos pone en contacto con el indio, con su conciencia de no ser nadie, y con el gran trabajo que la Teología de la Liberación hizo, en los años setenta, porque llegaran a manejaran su vida como seres adultos. Aunque el relato esté novelado, su base es real. De hecho me decidí a escribir porque Adriana, la protagonista, me contaba una historia tan inverosímil sobre ella misma, que no me la pude creer hasta que vi las cicatrices en su espalda. Me gustaría suavizar los hechos, pero… es que… son así.
Como pueden deducir por los párrafos anteriores, se trata de una novela de contenido duro, porque dura era la vida que la autora vio y vivió durante aquellos años. Un relato que agita la conciencia de los que estamos instalados en el estado del bienestar y en la sociedad de consumo y que nos impulsa a reflexionar sobre nuestros hábitos de vida, a la vez que nos anima, en la medida de lo posible, a ser solidarios con los que soportan tan duras condiciones de vida.
En cualquier caso, una lectura muy recomendable.




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