jueves, 29 de octubre de 2015


UN GOCE PARA EL OÍDO

Pocas sensaciones  son tan apreciadas por el oído como el canto entonado, acompasado y melodioso de la música polifónica. Sus vibraciones elevan y acunan el espíritu a la par que crean una atmósfera mágica en el ámbito en el que se escuchan. En este caso, los que acudimos a la iglesia de San Felipe Neri, el día 25, tuvimos la grata sensación de que las voces de los componentes del Grupo de Música Antigua de la Universidad de Valladolid y del Coro Musicalia, (que actúan, normalmente,  bajo la dirección del doctor en Musicología Ignacio Nieto),nos sedujeran interpretando obras de Heinrich Schütz, Felix Mendelssohn- Bartholdy y Josef Gabriel Rheinberger, a las órdenes del Director invitado Roland Börger.
Este músico, profesor de coro de la Hochschule de Leipzig, había impartido en días precedentes un Taller de música coral alemana de 12 h. de duración a los integrantes de las dos agrupaciones intervinientes y el Concierto no era sino la constatación de los progresos obtenidos. En cada una de las interpretaciones pudimos comprobar, que el aprovechamiento había sido óptimo. Ayudados por un folleto con el Programa, que los organizadores pusieron a disposición del público, en que se podía leer en alemán y español la letra de cada composición, se llegaba a comprender el significado y el dramatismo de la interpretación. Un detalle muy de agradecer.
Mención especial merecen los componentes de ambas agrupaciones. De envidiable juventud, dotados de frescura y calidad suficiente en sus voces, hicieron posible que la audición resultara un éxito. No me resisto a escribir sus nombres como homenaje de gratitud.
Cantantes
Sopranos: Martha Magro*, María Albors, Mercedes Guerro, Eva
Muñoz, Raquel País, Gema Lagunilla, Nicoleta Becheru, Teresa
Rosado, Verónica Rioja, Beatriz Valbuena*, Sandra Álvarez.
Contraltos: Ana Amer, Belén Blanco, Mª Jesús López*, Mónica
García, Cristina Pérez*, Teresa Nieto*, Olga Santos, Iris Muñoz, Leire
Sánchez, Norma Rodríguez, Beatriz Pérez.
Tenores: Juan Guijarro, Guillermo García, Eduardo Peña, Antonio
Galván, Javier Ferrero*, Gregorio Casado, J. Pedro Lozano*, Javier
Sanz, Pablo Román.
Bajos: Luis Barriga, Ismael Escudero*, Carlos Estébanez, Joaquín
Rivas*, Sergio Valverde, Iván Iglesias, Daniel Vallejo, Jorge Bombín,
Javier Frontela, Daniel de la Puente, Ignacio Nieto.
*Solistas



domingo, 25 de octubre de 2015


LOS CABALLEROS DE VALEOLIT. LEALTAD Y PROMESA

Los caballeros de Valeolit es el título de una trilogía, cuya primera parte: Los hijos de Pelayo, mereció la distinción de recibir el Premio Miguel Delibes de narrativa 2015. Su autor, el prolífico escritor Antonio José López Serrano, presentó el pasado día 22, en la librería Maxtor, la segunda parte, subtitulada: Lealtad y Promesa.
En un acto que resultó muy interesante,  intervino en primer lugar el conocido y documentado historiador  Javier Burrieza, quien hizo una magnífica introducción de la novela histórica en España y se congratuló de que Antonio José se hubiera adentrado en una determinada época, valiéndose de una amplia documentación, pero sabiendo dar una perspectiva anovelada de los hechos históricos ocurridos entonces.
El propio autor nos explicó que en su novela, narra los acontecimientos que sobrevinieron en terrenos conquistados en el siglo XI. A la muerte de Fernando I de León, casado con Sancha de León, el Reino se divide entre sus cinco hijos. El primogénito, Sancho, recibe el Reino de Castilla. Alfonso, el favorito del padre, recibe el Reino de León. El tercer hijo varón: García, el Reino de Galicia y las Infantas Urraca y Elvira, las ciudades de Zamora y Toro, respectivamente. Este reparto no era frecuente en una época en el que el primogénito heredaba junto al título de rey, todas las posesiones.
Tras un periodo de calma, a la muerte de la madre, Sancha de León, ocurrida en 1067, surgen las guerra fratricidas. Incluso los dos hermanos mayores se someten al Juicio de Dios en Llantada en el que Sancho, resulta vencedor, aunque su hermano no acepta el resultado. Ambos, sin embargo, unen sus fuerzas para despojar de sus posesiones a su hermano García, que tras varios avatares, muere encarcelado en el castillo de Luna.
La novela recrea, también, el cerco de Zamora por parte de Sancho II el Fuerte y su posterior asesinato a manos de Vellido Dolfos, lo que despeja el camino para que Alfonso, con la ayuda de su hermana Urraca, reine como señor de Castilla, León y Galicia. Conocido como Alfonso VI el Bravo, tendrá que demostrar su inocencia en este probable fratricidio en la Jura de Santa Gadea, ante uno de los más fieles vasallos de Sancho: El Cid Campeador...
La historia continúa dando paso a personajes tan interesantes como el conde Ansúrez, al que se considera fundador de la ciudad de Valladolid (Valeolit)...
En la novela, la narración de estos hechos, algunos de los cuales no están unánimemente admitidos por todos los historiadores, es contada desde la perspectiva de dos caballeros: Fernando y Nuño, que ejercen como tales, al cumplir las promesas hechas ante la reina Sancha.
En definitiva, un interesante volumen, muy bien escrito y excelentemente documentado que nos mantiene en expectante espera hasta la aparición del que ha de cerrar la trilogía.


jueves, 22 de octubre de 2015

PASAJES DE "CÉCILE. AMORÍOS Y MELANCOLÍAS..." (20)
CAPÍTULO III
La Prepotencia

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―En este pueblo ―dijo, refiriéndose a Coreses― nació Ramón Álvarez, gran imaginero y autor de muchas de las tallas de la Semana Santa zamorana, entre ellas la de la Virgen de la Soledad.
Tal era su animosidad que parecía que, al atravesar el límite provincial de Zamora, todo su cuerpo hubiese experimentado una resurrección gloriosa, que le dotaba de una locuacidad propia de un predicador.
Al llegar a la capital, frente a los jardines de La Marina, ordenó a Félix:
―Sigue por Santa Clara arriba, hasta que puedas aparcar. Allí nos esperas el tiempo que sea menester. He de hacer una gestión que nos ocupará un tiempo.
La gestión no era otra que llegarnos hasta la iglesia de San Juan y hacer una visita a la Virgen de la Soledad.
―Era una costumbre que tenían mis padres cada vez que se acercaban a Zamora ―me dijo, al llegarnos a la Plaza Mayor―. Nosotros seguiremos con la tradición, como buenos católicos. Recuerdo que, en vida de mis padres, no había Sábado Santo que no acudiéramos a ver la procesión de la Virgen, por mucho frío que hiciera. Éstas y otras historias, de las que tendrás noticia con el tiempo, pertenecen al acervo cultural de nuestra familia, y no deben salir de ella. Como has podido comprobar, no he querido que Félix supiera de nuestras costumbres y de nuestra forma de proceder. A cada uno en esta vida nos toca representar un papel y él, hoy por hoy, está a nuestro servicio, y de lo que hagamos o dejemos de hacer, cuanto menos sepa, mejor.

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domingo, 18 de octubre de 2015



CRISTALES ROTOS


Este es el sugerente título con que el escritor J.M. Barbot ( Burgos. 1976), ha bautizado a su  primera publicación en prosa. Editada hace algunos meses, ayer, en la  Microbodega Urbana, tuvo lugar su presentación en Valladolid, ciudad en donde el autor vivió su infancia y buena parte de su juventud.

J.M. Barbot es un poeta de cualidades excepcionales, autor del Poemario "Ulises desconcertado"y componente del grupo PoeKas, difunde sus versos en cuantos recitales literarios tiene oportunidad de demostrar su valía. Su incursión en un mundo diferente, pero no alejado del habitual, representa un reto con el que su envidiable pluma intenta llegar a un mayor número de seguidores a través de relatos de mayor o menor extensión, que agrupa en un único volumen. En mi modesto entender, esta meta la alcanza sobradamente, por cuanto la colección de cuentos que componen su publicación:textos ágilmente narrados, resulta amena, variada y en algún caso de sorprendente final. Los relatos, de contenido muy diverso, transportan al lector apenas comenzada su lectura, a un mundo en donde la imaginación de cada cual puede seguir fantaseando, una vez concluido el pasaje. Resulta muy acertada a este respecto, la cita de Hemingway que figura en el prólogo: "lo importante no es lo que se cuenta, sino lo que se esboza". El simbolismo del cristal roto, que bien pudiera referirse a la conciencia, la inocencia o el recuerdo, encierra la metáfora de la vida misma. Desde una estructura intacta con las que somos lanzados a esta vida, los avatares en los que nos sumerge la existencia, hacen que ésta se vaya fracturando hasta el punto de que, pasado un tiempo, al volver a mirarnos en ella, tengamos dificultades para reconocernos; los proyectos se van quebrando de igual forma que los anhelos e ilusiones, de forma tal, que para tratar de recomponer el imposible puzzle de fragmentos rotos, hayamos de recurrir como pegamento mágico al mundo onírico. He creído descubrir ese mundo de manera más o menos encubierta en sus relatos, que nos llevan a recordar la frase calderoniana: "que los sueños, sueños son". La nostalgia de lo que pudiera haber sucedido y no ocurrió, se relata con la credibilidad de un sueño. Como sucede cuando estamos inmersos en él, todo encaja a la perfección y tiene sentido. Una vez despiertos, alimentamos esa ilusión para afrontar con éxito la cotidianidad, seguramente menos atrayente, pero real.   
Una desbordante imaginación impregna las páginas de este volumen que debemos paladear pausadamente, como el buen vino con que el autor obsequió a quienes encantados y en gran número, asistimos al evento.

Enhorabuena al autor, al que deseo, vehementemente, continúe con su exitosa carrera literaria.




jueves, 15 de octubre de 2015

LLEGÓ EL OTOÑO

Según el Observatorio Astronómico Nacional, el otoño comenzó el 23 de septiembre a las 10h 21m, hora peninsular. Sin embargo, para mí comienza, cuando el vocal de mi comunidad de vecinos, coloca una nota en el portal que reza así: "Ya se puede encender la calefacción". Días antes, todos hemos notado un descenso en la temperatura ambiente que nos ha conducido a cambiar nuestro atuendo casi veraniego, por otro más acorde que nos proteja del frío, aunque esto no nos libre de los inevitables catarros.
Poéticamente, el otoño llega cuando los árboles se tiñen de amarillo y empiezan a caer las primeras hojas. Los castaños, en este mensaje anunciador, son unos adelantados.
En honor a la llegada de esta estación otoñal, he compuesto esta Octava Real:

Un amigo se acerca a mi escritorio,
me visita, sin falta, cada año,
algunos días antes que el Tenorio
declare a doña Inés amor y engaño.
Me saluda mostrando un envoltorio
con hojas amarillas de un castaño
que la lluvia y el viento han despeinado.
Soy el otoño, dice: ya he llegado.


Fotografía de Santos Pintor Galán

jueves, 8 de octubre de 2015

PASAJES DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMÍAS"  (19)
CAPÍTULO IV
Conociendo el pueblo
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El reloj del ayuntamiento no había dado las diez cuando Jeremías apareció jadeante en casa, reclamando la atención de mi madre:
―¡Tía Consuelo, tía Consuelo! Ha dicho mi madre que Alvarito se venga a comer hoy con nosotros. Después nos iremos a las eras para que mi primo vea cómo se trilla.
―Me parece muy buena idea ―dijo mi madre―, pero procurar protegeros del sol y sobre todo, Álvaro, no vengas tarde.
―Descuida mamá; estaré para la merienda ―dije, tras colocarme un amplio sombrero de paja rescatado de la buhardilla.
Jeremías no se percató de que mi deseo de merendar en mi casa era la mejor manera de asegurarme el condumio, teniendo en cuenta lo que me había contado el día anterior de las frugales comidas en la suya, a la que, mentalmente, empecé a llamar desde ese momento «la casa de los ayunos».
Hasta bien entrada la mañana estuvimos dando vueltas por el pueblo sin rumbo fijo, hasta que Jeremías quiso enseñarme algo que para él era más importante que la trilla. Se estaba empezando a interesar por las chicas y creía conocer muy bien la forma en que las podía cortejar sin que se notara que, por el momento, su principal preocupación era conseguir la atención de Rosita la de la Nicanora.

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domingo, 4 de octubre de 2015




OTOÑO POÉTICO MUSICAL

Tiene el otoño un encanto especial, nostálgico, de recuerdos. Sé que a algunos les invade la melancolía en esta estación bañada de amarillos árboles alimentados de tierra rojiza recién arada. A mí sin embargo, me atrae, porque es tiempo para comenzar a caminar mudado de ropa, con el frescor del viento acariciando la cara y la lluvia templada llamando a la puerta del paraguas.
Ayer, tuve ocasión de asistir en el Centro Cívico "José Luis Mosquera" a un recital poético musical, con el que se daba la bienvenida a esta entrañable estación. En un escenario provisto de pantalla, en donde se proyectaban preciosas fotografías de Ángeles Manso, los poetas: Inma Calvo Merino, Amparo Paniagua, Jorge Múrtula y César Valverde, fueron recitando versos de creación propia y de autores conocidos como Antonio Machado, Lorca, Bécquer, etc. en una coreografía cambiante en el escenario, que daba vistosidad y ligereza al espectáculo. En algunas de sus recitaciones, los guitarritas, Roberto Serna o Juan Cantinas, les acompañaban, acertadamente, con sus rasgueos. Las intervenciones de los cuatro poetas fue clara y sentida, con una acústica perfecta.
Aproximadamente a mitad del espectáculo, el componente musical fue tomando cuerpo con las actuaciones, a dúo e individuales de ambos guitarristas, que se lucieron en interpretaciones muy aplaudidas por el público asistente. Fue entonces cuando aparecieron en escena las bailaoras Victoria García y Rocío López que, con sus evoluciones y sus cambios de vestuario, contribuyeron a dar vistosidad tanto a las recitaciones como a las interpretaciones musicales.


Casi dos horas duró está bienvenida cultural al otoño, que comenzó con la seriedad de poemas recios y concluyó, como concesión y deleite para el numeroso público asistente, con aires primaverales de Feria de Abril. No lo censuro. Un recital estrictamente poético, hubiera restado asistentes. De esta manera, el objetivo de difundir la poesía, se cumplió sobradamente.

jueves, 1 de octubre de 2015


PREMIO NACIONAL DE POESÍA 2015

El poeta Luis Alberto de Cuenca ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura, en la modalidad de Poesía, por su trabajo " Cuaderno de vacaciones". El jurado no han dudado en dedicarle frases verdaderamente elogiosas, con las que apoyar su veredicto: “constituye —según, el portavoz—una de las aportaciones poéticas de mayor motivación existencial y simbólica en la historia de la lírica reciente en España". Y por si con este párrafo no se  hubiera justificado sobradamente la concesión del Premio, se añade: “La excelencia de su estilo, unida a la voz de la autenticidad en el espacio literario, convierten los poemas de este libro en una progresión cuya fuerza emocional roza lo sublime, logrando una poética que vincula mitos y orígenes, conocimiento y escritura, devenir vital e imaginario, junto a las fuentes creativas que dan cauce a la modernidad”.
Confieso, que he quedado maravillado del churrigerismo literario con el que el jurado ha calificado la obra del ganador. Absorto, meditabundo, consciente de mi escaso conocimiento filosófico, me he preguntado qué hubiera pasado si, en vez de rozar lo sublime, hubiera realmente alcanzado la sublimidad. En ese caso, no concederle un premio de categoría celestial, hubiera supuesto un tremendo desatino.
El autor, al que absuelvo de toda culpa, es filólogo, escritor y poeta doctorado en Filología Clásica. Ha sido director del Instituto de Filología del CSIC y de la Biblioteca Nacional de España, así como secretario de Estado de Cultura y académico de la Real Academia de la Historia. Ha escrito una gran cantidad de poemarios, recibiendo a lo largo de su fecunda trayectoria poética, varios e importantes Premios.
Tras las vacaciones, dispongámonos a leer, pues, ese "Cuaderno de vacaciones" animados por las declaraciones del propio autor: "Estoy en esta etapa en la que quiero que la poesía sea útil a la gente, que los lectores se sientan implicados y emocionados con el personaje poético que habita en esas páginas, con ese yo y no yo ficcionalizado en el poema. Me gusta llegar a la gente y ser útil".
Gracias, don Luis Alberto. Después de recibir su mensaje, espero que la lectura de sus poemas , me sea de gran utilidad.